Las xanas están ligadas a las fuentes y saltos de agua, se dice que guardan los tesoros debajo de las aguas.
Apariencia:
Se dice que son chicas jóvenes y muy bellas, de rasgos nórdicos, de cabellos rubios y ojos azules. Mujeres de estatura pequeña, delgadas y muy oscuras. Se peinan a la orilla de las fuentes con peines de oro, esperando a los hombres para encantarles con su belleza y promesas de tesoros. Tienen hijos peludos y pequeños, que son los xaninos, como no los pueden amamantar los cambian por algún niño de alguna aldea cercana. Cuando la madre se da cuenta del cambio, le pide a la Xana que se lo devuelva.
Leyendas:
Además de la xana secuestradora está la xana encantada, que se muestra junto a una fuente o en algún otro lugar especial, el primer día del verano, esperando que un valiente la desencante mediante alguna prueba. Este mito, muy corriente en Europa Occidental, tiene en Asturias dos variantes principales: "El Bollo de Cuatro Picos" y "La Mujer Serpiente". Ambos transcurren en la madrugada de San Juan, cuando la xana se aparece junto a la fuente.
A continuación os pongo un ejemplo:
En "El Bollo de Cuatro Picos" la xana le entrega un pan de cuatro picos al protagonista masculino, ordenándole que lo conserve intacto durante un año, al cabo del cual, la xana quedará desencantada y él ganará el inmenso tesoro que ella custodia. Pero durante ese tiempo la esposa del hombre encuentra el pan y se come uno de los picos, que comienza a sangrar. La mujer procura disimular el desaguisado y el hombre, cuando llega de nuevo San Juan, acude a la cita sin sospechar nada. Arroja el pan a la fuente o cueva y espera que la xana aparezca. El pan se transforma en un caballo, que serviría para sacar a la xana de su encantamiento, pero el animal ha quedado cojo de una pata y el encantamiento resulta frustrado. La xana entonces reprocha al hombre que tenga una esposa tan indiscreta y comilona. "Perdiste de desencantarme y de hacerte rico. No obstante, llévale a tu mujer este pañuelo de recuerdo". El hombre regresa a casa y, deteniéndose a beber en una fuente, posa el pañuelo sobre un árbol... que al momento estalla en llamas.
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